Veinte años pensando el desarrollo desde América Latina y el Caribe
El Reporte de Economía y Desarrollo
El primer Reporte de Economía y Desarrollo (RED) fue publicado en 2004 como respuesta a la creciente necesidad de agregar conocimiento a las operaciones de CAF y apoyar la toma de decisiones en políticas de desarrollo. Desde sus inicios, el RED buscó complementar las intervenciones de la institución mediante un análisis profundo de los desafíos en la región.
El contexto que caracterizaba a América Latina y el Caribe en los inicios de la serie RED fue el de una región que, aunque heterogénea, había logrado avances significativos en términos de consolidación democrática, estabilidad macroeconómica y profundización de los mercados. Sin embargo, estos avances no habían cubierto las expectativas y promesas en materia de crecimiento económico sostenido y robusto, y persistía una profunda deuda social. De hecho, la región había experimentado tasas de crecimiento del ingreso per cápita agregado de solo 1 % en la década precedente, y mostraba un crecimiento significativo de la pobreza.
Para ese momento, CAF tenía 35 años de trayectoria y estaba atravesando una etapa de transformación. La institución, que en sus inicios había tenido su eje de trabajo en el financiamiento de proyectos de infraestructura económica, buscaba transformarse en un banco de desarrollo con una misión que abarcara una mayor diversidad de sectores. Además, ampliaba su presencia territorial con la incorporación de 9 países socios en la década precedente y de 5 en el último quinquenio, para alcanzar 17 miembros. Hoy, la institución está compuesta por 21 miembros y avanza hacia la consolidación de su presencia en toda América Latina y el Caribe.
En respuesta a las necesidades del contexto, el RED fue concebido como una plataforma de conocimiento que permitiera una discusión informada sobre políticas públicas en los temas clave para el desarrollo regional. Desde un inicio, cada reporte anual se dedicó a realizar un diagnóstico empírico exhaustivo, analizar la evidencia rigurosa disponible y aportar investigaciones originales, con el fin de ofrecer recomendaciones de política claras y realizables. Siempre aportando una mirada desde y para la región. Este enfoque ha contribuido a que el RED sea un referente para quienes diseñan e implementan políticas en la región, consolidándose como un recurso indispensable para un desarrollo efectivo y basado en evidencia.
Desde su concepción, el reporte procuró una visión integral del desarrollo, entendiendo el crecimiento económico como una condición sine qua non y, a la vez, un medio para mejorar el bienestar de los habitantes de la región. Los énfasis de las primeras tres ediciones del RED estuvieron en el crecimiento económico, la integración comercial y el cambio en la estructura económica (Reflexiones para retomar el crecimiento, América Latina en el contexto global y Camino a la transformación productiva); en todos ellos, la preocupación por la inclusión tuvo una importancia central1.
Con el paso de los años, el reporte fue abordando de modo sistemático los ámbitos de la inclusión social (oportunidades en América Latina; más habilidades para el trabajo y la vida; desigualdades heredadas), el crecimiento económico y la integración (servicios financieros para el desarrollo; emprendimientos en América Latina; instituciones para la productividad; caminos para la integración) y, más recientemente, la protección del ambiente (desafíos globales, soluciones regionales; transición energética justa para el desarrollo sostenible). Además, la serie abordó en profundidad el estudio de las capacidades del Estado; un eje de trabajo de central importancia y una de las grandes deudas del desarrollo de la región. Este abordaje se dio de manera transversal y con un foco territorial, así como mediante ediciones dedicadas (finanzas públicas para el desarrollo; un Estado más efectivo; integridad en las políticas públicas; el Estado próximo).
Figura 1.3. Ediciones del Reporte de Economía y Desarrollo
A lo largo de dos décadas, las preocupaciones centrales de las ediciones del RED han persistido: promover el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe. En este tiempo, la región ha experimentado una convergencia regional en ciertos aspectos: países que antes mostraban indicadores de desarrollo humano característicos de economías de ingresos bajos, como Paraguay, Perú, Bolivia y República Dominicana, se han acercado a países otrora más aventajados en la región, como Argentina, Uruguay y México. Sin embargo, parecen ser los flamantes integrantes del grupo de economías en la “trampa de los ingresos medios”, caracterizada por el estancamiento económico, niveles altos y persistentes de pobreza y desigualdad, y una calidad institucional intermedia. La agenda de conocimiento futura debe responder a los retos y al contexto particular de cada país, considerando un contexto global marcado por las tendencias demográfica, digital y verde. Además, debe abordar el fortalecimiento de las capacidades estatales que se requieren para abordar las tareas pendientes hacia el desarrollo sostenible de la región.
Contenidos del libro
Este libro, desarrollado con ocasión de los 20 años de trayectoria de la serie RED, está organizado en cinco capítulos. Este primero introduce el concepto de desarrollo en su naturaleza multidimensional y presenta un diagnóstico estilizado de los avances y pendientes en la región. Asimismo, se abordan las características transversales más destacadas del contexto latinoamericano y caribeño (la informalidad productiva, la infraestructura deficiente y el crimen, la dotación de recursos y la institucionalidad macroeconómica), y las transiciones de largo plazo (tecnológica, demográfica y verde) que condicionan el camino del desarrollo en la región.
Los capítulos 2, 3 y 4 abordan los ámbitos de crecimiento económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental, proporcionando un diagnóstico detallado y una propuesta de políticas específicas para cada uno de ellos. El diagnóstico del capítulo 2 señala que el PIB per cápita de la región ha crecido de forma insuficiente, limitando la capacidad de converger hacia los niveles de ingreso de los países desarrollados. Se resalta que ese bajo crecimiento está vinculado a una baja eficiencia productiva que atraviesa a todos los sectores económicos. Las políticas propuestas tienen como eje mejorar la distribución de factores productivos y promover la innovación. Estas incluyen estrategias laborales, en especial aquellas orientadas a la formalización del empleo y al desarrollo de habilidades para los sectores emergentes. Asimismo, se abordan políticas de competencia y acceso a insumos de calidad, la participación en el comercio global y el impulso de una nueva política industrial, que evite viejos errores de “elegir ganadores”, y promueva la coordinación y generación de externalidades productivas.
El capítulo 3 muestra que, aunque se han registrado progresos importantes en la reducción de la pobreza en las últimas dos décadas, uno de cada tres habitantes de la región sigue viviendo en situación de pobreza, mientras este continúa siendo uno de los territorios más desiguales del mundo. El capítulo presenta los principales instrumentos de política, organizados en torno al ciclo de vida de los individuos, los que priorizan atacar las barreras en el acceso a oportunidades como forma de reducir la pobreza de modo perdurable y romper los ciclos intergeneracionales de exclusión. A la vez, reconoce que las políticas de redistribución ex post son un complemento necesario para quienes atraviesan privaciones críticas y no pueden tomar provecho de las oportunidades laborales.
El capítulo 4 advierte que los esfuerzos globales para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son insuficientes para evitar las graves consecuencias del cambio climático. Asimismo, la degradación de los ecosistemas y la contaminación del aire y del agua que experimentan los habitantes de la región es alarmante. Los impactos del cambio climático ya son manifiestos y afectan especialmente a la región, por lo que se enfatiza en la necesidad de políticas de adaptación. El capítulo destaca la importancia central de políticas de mitigación en el sector agropecuario-forestal, así como en el energético y el industrial, que tendrán una importancia creciente conforme se expande la economía. Asimismo, presenta instrumentos para la protección del ambiente y de los ecosistemas. El capítulo discute las oportunidades que brinda la tecnología y el acervo de recursos naturales en el territorio y pone especial atención al impacto fiscal que implican estas políticas y la transición verde en general.
Finalmente, el capítulo 5 ofrece una mirada prospectiva, delineando una estrategia de desarrollo que permita a la región responder a las tendencias clave identificadas en el primer capítulo y en el contexto de los desafíos preexistentes de crecer, incluir y preservar el ambiente. Se aborda el fortalecimiento de la institucionalidad y de las capacidades estatales necesarias para implementar las políticas requeridas y para adaptar las estructuras de gobernanza a un contexto que requiere políticas complejas y de coordinación en múltiples niveles. Este último capítulo también analiza el rol de los bancos multilaterales de desarrollo como aliados para el proceso de desarrollo.
A través de los capítulos se destacan los valiosos aportes de expertos de reconocimiento global, quienes han compartido sus conocimientos en las diversas áreas que componen el desarrollo. Sus contribuciones se reflejan en forma de recuadros que capturan la esencia de sus reflexiones en el contexto de la discusión.